LA CUESTIÓN
LENGUAJE vs.
PENSAMIENTO

“El sentimiento que tantos tienen de que pueden pensar, incluso razonar, sin usar el lenguaje, es una ilusión” (Edward Sapir)

“El lenguaje disfraza al pensamiento” (Wittgenstein, Tractatus 4.002)

“La expresión y el pensamiento son una sola cosa” (Peirce)



La Hipótesis Sapir-Whorf

Las dos versiones

Se sabe desde siempre que existe una estrecha relación entre el lenguaje hablado por una persona y su pensamiento, entre el lenguaje externo y los procesos mentales internos. La naturaleza de esa relación entre lenguaje y pensamiento ha sido un tema recurrente y polémico a lo largo de la historia, desde la época de las antiguas culturas hasta hoy.

La hipótesis Sapir-Whorf (HSW), por los lingüistas Edward Sapir y su alumno Benjamin Lee Whorf, tiene dos versiones: Hoy día, la versión fuerte de la HSW está prácticamente desacreditada, existiendo un amplio consenso en favor de la versión débil (el lenguaje influye en el pensamiento). Pero los investigadores no se ponen de acuerdo sobre los mecanismos o modos de esta influencia. El relativismo lingüístico es un tema multidisciplinario, pues afecta a psicólogos, lingüistas, filósofos, antropólogos, neurólogos y pedagogos.


Genésis de la hipótesis

Sapir defendía la versión débil. Whorf, que profundizó más en este tema, es considerado como el principal proponente de la hipótesis, también en su versión débil (el principio de la relatividad lingüística). Muerto prematuramente, sus ideas se publicaron póstumamente en 1956 en volumen titulado “Lenguaje, Pensamiento y Realidad” [1999].

Uno de los estudiantes de Sapir (Harry Hoijer) fue el primero en usar el término “Hipótesis Sapir-Whorf” sobre esta idea de la influencia del lenguaje en el pensamiento.

Roger Brown y Eric Lenneberg formalizaron las ideas de Sapir y Whorf como:
  1. “El mundo es experimentado y concebido diferentemente en diferentes comunidades lingüísticas”.
  2. “El lenguaje causa una estructura cognitiva particular”.
Estas dos ideas fueron desarrolladas posteriormente por Brown en las denominadas versiones débil y fuerte, respectivamente (el lenguaje afecta al pensamiento y el lenguaje determina el pensamiento). Estas dos formulaciones de Brown se difundieron y atribuyeron a Sapir y Whorf, aunque no fueron realizadas por ninguno de ellos.


Lenguaje como paradigma

Aunque el término “paradigma” no se utilizaba en la época de Sapir y Whorf, hoy día podemos utilizar este término, pues la versión débil de la HSW se puede expresar como que todo lenguaje es un paradigma, una cierta visión del mundo, que se refleja en la cultura de los hablantes de ese lenguaje, y el lenguaje en la cultura. Actualmente existe un interés renovado en este tema debido a los avances realizados durante los últimos años en psicología cognitiva y lingüística antropológica, junto con el auge, difusión y aplicación generalizada del concepto de paradigma, concepto esencialmente ligado al relativismo.

Wilhelm von Humboldt, representante destacado de la tradición romántica alemana, en ensayo “Sobre el estudio comparativo de lenguajes”, defendía el determinismo lingüístico: Según la tradición romántica alemana, hay lenguajes naturales superiores a otros. Es decir, hay lenguajes primitivos que mantienen a sus hablantes en la pobreza cultural e intelectual, por su pobre o reducida visión del mundo. Para William Dwight Whitney (filólogo, lingüista y orientalista estadounidense) , “civilizar” a los salvajes era enseñarles un lenguaje “superior” como el inglés.

Franz Boas, fundador de la antropología en EE.UU. y profesor de Sapir, que nació y fue educado en Alemania, tuvo contacto con la tradición romántica alemana, y se supone que transmitió estas ideas a Sapir. Boas, estudiando las lenguas de los nativos americanos, llegó a la conclusión de que, efectivamente, la cultura y la forma de vida de un pueblo se reflejaban en su lenguaje. Pero desafió la visión de Whitney y la de los románticos alemanes al afirmar que no había tales lenguajes primitivos, pues todos los lenguajes eran capaces de expresar los mismos contenidos de diferentes formas.

La visión de Sapir es la siguiente: Y la visión de Whorf:
La HSW y los Lenguajes Artificiales

Aunque la HSW se refiere a la dialéctica entre pensamiento y lenguaje natural, también se puede y se debe aplicar al tema de los lenguajes artificiales, principalmente los informáticos (en matemática no existe ningún lenguaje formal), y los lenguajes auxiliares internacionales, y plantearse si afectan o determinan el pensamiento.

Si el lenguaje limita el pensamiento, un lenguaje artificial que pudiera eliminar (o reducir al mínimo posible) estas restricciones, que fuera perfectamente regular, lógico, formalmente completo y poderosamente expresivo, produciría unos efectos importantes en los usuarios o hablantes de este lenguaje:
La HSW y los lenguajes informáticos

En los lenguajes informáticos, especialmente los lenguajes de programación de propósito general, al estar perfectamente definidos y formalmente cerrados, el lenguaje condiciona absolutamente al pensamiento del programador, pues le impone una determinada visión del mundo, es decir, le obliga a pensar en términos de un determinado paradigma, de un modelo de pensamiento. Por lo tanto, aquí impera, sin duda, la versión fuerte de la HSW.

Dijkstra afirmaba que “Es prácticamente imposible enseñar buen estilo de programación a estudiantes que han tenido una exposición previa al BASIC; como programadores potenciales están mentalmente mutilados sin esperanza de recuperación”. “El uso de Cobol mutila la mente; su enseñanza, por consiguiente, debería considerarse como un delito criminal”. Esto significa que Dijkstra va más allá de la versión fuerte de la HSW, pues simples lenguajes de programación (como Basic o Cobol) no solo determinan el pensamiento, sino que resultan dañinos para la mente.

Dijkstra es el creador de la llamada “programación estructurada”. En un artículo, considerado un clásico, publicado en 1968, titulado “Go To Programming Considered Harmful”, sostenía que la programación realizada con bifurcaciones (goto´s), era dañina por ser una programación caótica, próxima o equivalente al lenguaje de máquina, de bajo nivel de abstracción. Proponía un nivel de abstracción superior, utilizando solo tres estructuras de control genéricas: secuencia, selección (if-then-else) y bucle while.

Kenneth E. Iverson, creador del lenguaje APL, creía implícitamente en la versión débil de la HSW, pues sostenía que un lenguaje informático afectaba al pensamiento. En la conferencia que impartió en 1979 con motivo de la concesión del premio Turing, “Notation as a tool of thought” (La notación como una herramienta de pensamiento), argumentaba que notaciones más poderosas facilitaban el pensamiento y el desarrollo de algoritmos en el ordenador.

Para Steve McConnell, autor de “Code Complete” (Código Completo) −un libro práctico de programación, considerado un clásico−, los lenguajes de programación determinan el cómo expresar los pensamientos, e incluso puede determinar qué pensamientos se pueden expresar.

Pero un lenguaje de programación puede ser iluminador, en lugar de restrictivo o dañino. Por ejemplo, para Eric Steven Raymond −autor de “How to Become a Hacker” (Cómo convertirse en un hacker) y de “The New hacker´s Dictionary” (El nuevo diccionario del hacker)− Lisp es un lenguaje que merece aprenderse, aunque no se vaya a usar nunca, porque constituye una “experiencia iluminadora profunda” y porque esa experiencia “te hará un mejor programador para el resto de tus días”.

La esencia de un lenguaje de programación reside en el conjunto de primitivas semánticas elegidas como núcleo del lenguaje. Estas primitivas juegan el papel de axiomas. El resto del lenguaje son elementos derivados de estos elementos primitivos y de su gramática combinatoria. De ahí la importancia de seleccionar los elementos primitivos como generadores de distorsión o de iluminación. A efectos de conseguir una conciencia unificadora y lo más simple posible, lo ideal es que las propias primitivas sean también la gramática, es decir, que la gramática lexical sea la misma que la gramática estructural.


La brecha semántica (el gap semántico)

En informática, especialmente en programación, se suele utilizar este término para referirse a la distancia, separación o diferencia entre el pensamiento humano y el modelo semántico del lenguaje (de mayor o menor nivel) utilizado.

El nivel de abstracción de un lenguaje guarda una relación inversa con el gap semántico. Cuanto menor es el nivel de abstracción de un lenguaje, mayor es el gap semántico. Y cuanto mayor es el nivel de abstracción, menor es el gap semántico mayor es su poder expresivo y su creatividad.


La paradoja Blub

Es una paradoja planteada por Paul Graham, programador Lisp y ensayista, en el artículo titulado “Beating the Average” (Derrotando a los medianos), en la que se refiere indirectamente a la HSW: Esta paradoja ha sido criticada en diversos sentidos: Sin embargo, esta paradoja tiene un alto valor simbólico-metafórico:
La HSW y los lenguajes auxiliares internacionales

La HSW tuvo influencia en el desarrollo y estandarización de Interlingua, una lengua auxiliar internacional, de las más conocidas y difundidas tras el Esperanto. Sapir fue uno de los lingüistas destacados que intervinieron en el desarrollo de Interlingua en la IALA (International Auxiliary Language Association), una asociación creada por la mecenas Alice Morris en 1924. Estuvo implicado en esta asociación desde su fundación hasta su muerte en 1939.

La IALA reclutó varios especialistas. Además de Sapir, se encontraban C.K. Ogden y Otto Jespersen. Ogden tenía su propio proyecto (BASIC English; BASIC son las siglas de British American Scientific International Commertial). Y Jespersen, ligado a Ido (una versión mejorada de Esperanto), tenía también su propio proyecto (NOVIAL, de Nov=nuevo e IAL= International Auxiliary Language). Inicialmente, la IALA se dedicó a examinar los diferentes proyectos existentes, con la idea de seleccionar y promover uno de ellos. Al final se optó por desarrollar una nueva lengua: Interlingua, que fue presentada formalmente en 1951. [ver Apéndice – Interlingua.]

En el tema de la creación de una lengua auxiliar internacional podemos destacar los siguientes aspectos:
Un Modelo de Relación Pensamiento – Lenguaje

La dialéctica pensamiento-lenguaje

Entre pensamiento y lenguaje existe una relación dialéctica particular, que es reflejo de de la relación dialéctica universal y arquetípica entre los dos modos de conciencia: la del hemisferio derecho (HD) y el izquierdo (HI) del cerebro. De tal manera que el pensamiento lo podemos asociar al HD (a lo profundo, a la semántica, al fondo, a lo continuo, a lo abstracto) y el lenguaje al HI (a lo superficial, a la sintaxis, a la forma, a lo discreto, a lo concreto).


Relatividad lingüística (HSW debil)

El lenguaje es un instrumento de la conciencia y del pensamiento. El lenguaje es un filtro, una formalización o particularización de un pensamiento de una manera lo más lógica y estructurada posible. En la percepción lingüística ocurre el proceso inverso: la comunicación activa el filtro lingüístico, antes de pasar al nivel más profundo que son los pensamientos.

El lenguaje forma parte de la cultura, la manifestación de una visión del mundo. Hay una interdependencia lenguaje-cultura.

El proceso de pensar comienza en lo profundo, desde lo absoluto, desde la conciencia pura, un campo o entorno de libertad y creatividad, y se manifiesta mediante el lenguaje, que condiciona la expresión de los pensamientos. La conciencia es más importante que el pensamiento. Y el pensamiento es más potente que el lenguaje. Hay una jerarquía: conciencia-pensamiento-lenguaje.

El proceso de pensar comienza con abstracciones de alto nivel que se van transformando en abstracciones de menor nivel hasta que se produce un pensamiento y su expresión en un lenguaje concreto.


Determinismo lingüístico (HSW fuerte)

A nivel de lenguaje informático (especialmente, los lenguajes de programación), sí podemos hablar de la HSW en su versión fuerte: el lenguaje determina absolutamente el pensamiento.


Lenguaje como filtro

El lenguaje actúa como unas gafas con las que contemplamos el mundo. El lenguaje, por su propia naturaleza, relativiza y racionaliza, filtra la realidad para hacerla más inteligible, forma o configura nuestras estructuras mentales con las que interaccionamos con el mundo. Cada lenguaje es un filtro distinto. El lenguaje es un intermediario entre la realidad interior y exterior.

De todas maneras, la metáfora del filtro no es exacta porque parece indicar que deja pasar unos pensamientos y no otros, cuando lo que ocurre es que los pensamientos se adaptan, se transforman, se traducen para ser expresados o para ser interpretados. En este proceso puede ocurrir que los pensamientos se deformen o distorsionen. Cuanto más natural y próximo al pensamiento sea el lenguaje, menor es la distorsión. En el caso extremo de un lenguaje muy sofisticado, complejo y restrictivo, el pensamiento tendrá graves dificultades de expresión y quedar bloqueado prácticamente, lo que puede producir daños mentales, porque los pensamientos no fluyen hacia el exterior de una manera natural.

El problema de los lenguajes naturales es que no tienen una estructura totalmente lógica: hay verbos irregulares, excepciones para los nombres en plural, etc. Pensar es estructurar la imaginación de una manera lógica. Si el lenguaje no es totalmente lógico, esto supone un esfuerzo y tensión adicionales.


El principio de causalidad descendente

El lenguaje no limita el pensamiento, sino a la expresión del pensamiento, pues lo profundo no puede alterarse por lo superficial.

El lenguaje no puede influir sobre el pensamiento porque el pensamiento está a un nivel más profundo que el lenguaje. El lenguaje es una manifestación del pensamiento.

Con el principio de causalidad descendente se aclara la hipótesis Sapir-Whorf.

El lenguaje no influye en el pensamiento porque el pensamiento gira alrededor de los arquetipos. El lenguaje externo es una manifestación de lo interno. El lenguaje externo nunca influye en el pensamiento, sino solo limita su forma de expresión. El lenguaje actúa como filtro de la expresión de nuestras ideas. La relatividad lingüística de Whorf no es cierta.


El papel de la imaginación

La imaginación está siempre presente cuando pensamos. Es imposible pensar sin imaginar. El pensamiento está soportado o fundamentado en la imaginación.Y cuando nos hablan y “entendemos” lo que nos dicen, activamos automáticamente la imaginación. La imaginación puede ser generada internamente o puede ser inducida a nivel externo por la percepción (imaginación inducida).

Y tras la imaginación está la conciencia: la imaginación es el vehículo o soporte de la conciencia. La conciencia y la imaginación están en un plano superior al pensamiento. Y el pensamiento es superior al lenguaje.

La “visión del mundo” está pues ligada a la conciencia y la imaginación, ambas facultades del alma. Por ello, podríamos hablar mejor de la “imaginación del mundo”.

El motor de todo es la imaginación, pues todo lo imaginado tiende a realizarse, porque está en un nivel superior al pensamiento.

Puesto que el pensamiento acompaña a la conciencia y la imaginación, que no tienen limitaciones, podemos deducir que el pensamiento no está limitado por el lenguaje. Pero su expresión sí: el lenguaje limita la expresión de los pensamientos.


Nivel de abstracción

Hay lenguajes más evolucionados que otros, que son manifestaciones de conciencias más elevadas que otras. Aunque en los lenguajes naturales este tema no es tan obvio, en los lenguajes informáticos este tema es evidente. No es lo mismo utilizar un lenguaje tipo ensamblador (reflejo del lenguaje de máquina) que un lenguaje que incluya abstracciones de alto nivel como funciones, objetos, agentes, eventos, etc.

A nivel de lenguaje informático, cuanto menor es el nivel de abstracción de un lenguaje de propósito general, mayor es el daño mental que produce, porque limita el pensamiento y la conciencia. Y cuanto mayor es el nivel de abstracción, mayor es la libertad, la creatividad y la conciencia. En ultimo término, con un lenguaje de la mayor abstracción posible, un lenguaje que podemos denominar “supremo”, se lograría la máxima conciencia.


Completud formal

Los lenguajes naturales son formalmente completos, aunque hay conceptos consolidados en lenguajes evolucionados que en un lenguaje primitivo también se pueden expresar, pero que requieren largas descripciones.

También los lenguajes de programación son formalmente completos porque permiten desarrollar cualquier aplicación y expresar cualquier paradigma. Lógicamente, los lenguajes de alto nivel de abstracción permiten desarrollos más simples y conceptualmente más claros.


Modelo de primitivas semánticas

El mejor modelo −y quizás la única alternativa viable−, tanto para una lengua auxiliar internacional como para un lenguaje informático, es el de las primitivas semánticas universales o arquetipos primarios porque capturan la esencia de todas las cosas, unen los opuestos, conectan el mundo interno y externo, la realidad interior y exterior, pensamiento y lenguaje. Para una lengua auxiliar internacional este modelo es mejor que un lenguaje culturalmente neutral.

Un subconjunto de los arquetipos léxicos (semántica lexical) constituirían también la gramática (semántica estructural), que sería universal. El poder de los arquetipos reside precisamente en esta unión de opuestos.

De esta forma, los pensamientos fluyen sin obstáculos, sin filtro alguno, sin gap semántico. En los arquetipos no hay filtro.

Frente al relativismo lingüístico está el lenguaje universal, sea para la comunicación humana o para la comunicación científica. Esto implica un paradigma universal o absoluto.

Un lenguaje universal debe reflejar las categorías universales, las categorías filosóficas, los conceptos supremos de la realidad, los arquetipos primarios.


La analogía física
La analogía lenguaje-geometría

Se puede establecer una analogía entre lenguaje y geometría, puesto que el lenguaje es una estructura (de símbolos, que hacen referencia a contenidos mentales) y la geometría es una estructura que hace referencia al espacio (a contenidos espaciales). Podemos decir que el lenguaje es “la geometría del pensamiento”.


MENTAL y la HSW

MENTAL no distorsiona ni limita el pensamiento, por lo que no se aplica la HSW. En efecto:

Adenda

Algunas opiniones sobre la relación lenguaje - pensamiento
Experimentación y desarrollos de la relatividad lingüística

La relación entre pensamiento y lenguaje, en especial el relativismo lingüístico, ha recibido gran atención en diferentes disciplinas. Se han intentado experimentaciones e incluso ha inspirado obras de ficción y la invención de lenguajes artificiales o imaginarios.
Bibliografía